Navidad eres tú Niño Jesús, el Niño Dios, mis padres me enseñaron a amarte con un sencillo pesebre que tiene 50 ó más años, todavía lo conservamos, para mí es el pesebre más bello del mundo, pequeñito, antiguo y un árbol de navidad pequeño de color verde vivo en aluminio que parecía pasado de moda y ahora es vintage y está de moda según Pinterest.
Mi madre que es la Reina de su reino, hace un pesebre bellísimo y dentro de este pesebre cual Porciúncula dentro de la Basílica de Santa María de los Ángeles ubica el pesebre antiguo.
Navidad en Colombia son los faroles del 7 de diciembre celebrando la Inmaculada Concepción, la carta al Niño Dios, la novena tradicional de navidad y mi papá tocando el piano y nosotros con maracas y panderetas cantando los gozos y los villancicos, luego la nochebuena, la cena, los regalos, el 31 de diciembre y el año nuevo y el 6 de enero celebrando la llegada de los reyes magos a adorar al Niño, siempre éramos los cuatro: mi papá, mi mamá, mi hermano y yo desde diciembre de 1972 a diciembre de 2013.
En diciembre de 2014 fue la primera vez que además de la novena de mi casa, recé por primera vez en una Iglesia Católica, Apostólica y Romana la novena tradicional de navidad fue algo maravilloso, me la puso como penitencia un bondadoso sacerdote franciscano.
Fue una penitencia maravillosa, con ese vacío por la muerte de mi papá sentí y viví el regalo del Niño Jesús, de la Sagrada Familia y de la Iglesia en mi vida.
Con personas desconocidas, llenas de amor, esperanza y fe en el Niño Dios y la Navidad recé la Novena Tradicional de Navidad en la Iglesia de San Francisco en el Centro de Bogotá sentí y recibí paz, amor, consuelo, ternura, esperanza y fortaleza.
El primer día de esa novena en San Francisco lloré, siempre lloro, me conmueve en el alma el amor tan grande de los Franciscanos por el Niño Dios es una coincidencia maravillosa yo amo con toda el alma y el corazón al Niño Jesús.
Desde diciembre de 2014 ahora rezo mínimo dos novenas la de mi casa y la novena tradicional de navidad en alguna Iglesia Católica, voy a la misa con novena.
Y coincido con lo que expresa una lectura del tiempo de adviento y la consideración de uno de los días de la novena tradicional de navidad, que la Navidad no sea centrarnos en la francachela, la comilona, la pachanga, la borrachera, etc., el centro de la Navidad es Él, el Niño Jesús, su nacimiento en la humilde y sagrada Familia de Nazareth.
Y como nos concentramos en Él? Haciendo el pesebre con amor y devoción no cualquier cosa para salir del paso, armando el árbol de navidad y adornarlo, las luces de navidad, incluso en mi caso la moderna corona de adviento también tiene su encanto, los faroles o velitas para celebrar la Inmaculada Concepción, la novena tradicional en familia, la novena tradicional con amigos devotos al Niño Dios no con temáticas diferentes para cambiarle la letra a la consideración de todos los días de acuerdo a agendas de intereses particulares y también cambiándole la letra a los gozos y últimamente escuchar a gente como curas retirados y laicos decir que los villancicos no les gusta, que prefieren otras músicas, no las canciones de cuna o infantiles como los villancicos que son canciones para un niño, el niño más hermoso del mundo: el Niño Jesús.
Al Niño Jesús no se le cantan vulgaridades, ni morbosidades, ni se arma una parranda para ver que mujer y hombre es la aventura de la noche en esa novena.
La novena de navidad es preparar la mente, el alma y el corazón, nuestro pensamiento, sentimiento, palabra y acción para recibir a un niño que es Dios hecho carne, Dios hecho fragilidad, al Dios ternura, al Niño Jesús que es la ternura infinita de Dios.
Leí recientemente un artículo muy interesante que la Iglesia es nuestra casa y que la devoción al Niño Jesús derrite el hielo de nuestro corazón porqué es calor de hogar.
Cómo se alimenta ese calor del amor en nuestro corazón con la oración: la misa, la eucaristía, la novena y las obras de caridad corporales y espirituales y sí compartir, un compartir de calidad, un compartir que nos santifique, no un compartir que sea el preámbulo o camino de perdición.
La historia de la salvación inicia con la Encarnación, la dulce espera y el nacimiento del Señor, el gloria de los ángeles, la adoración de los pastores y los reyes magos.
Siempre he sentido el calor de la Navidad en mi corazón, la misa de Navidad es una de las más bellas y cálidas del mundo.
Sin adviento, sin la fiesta de la Inmaculada Concepción, sin Novena, sin Navidad, sin Octava de Navidad, sin reyes magos y sin epifanía sólo pensando en la francachela, la comilona, la pachanga, la borrachera, el revolcón y las vacaciones eso no es feliz Navidad o Natividad del Señor, eso es Gélida Navidad o Navidad sin devoción al Niño Jesús y en la Iglesia se corre el riesgo de que la Feliz Navidad se convierta en Gélida Navidad o Navidad sin una verdadera devoción al Niño Jesús porque la devoción se enfría si no se hacen las tareas que hay que hacer con vocación, con devoción y con compromiso.
En diciembre del año pasado descubrí el calor de la Navidad y lo poderoso que es el Niño Jesús desde lo sencillo y lo simple de una inesperada novena, en una Iglesia donde se normalizó no hacer la novena de navidad, tuvo tres cambios de horario con eso se confundía a la gente y se aseguraba que no fuera casi gente, aunque como bien dijo Nuestro Señor Jesucristo dónde estén dos o tres reunidos en mi nombre yo estaré en medio de ellos. Cada día de la Novena fue un triunfo del Niño Jesús.
Después de varios años se volvió a rezar la novena en esa Iglesia con los feligreses de cada día en medio de un combate espiritual, el Demonio estaba feliz con la pérdida de la devoción al Niño Jesús en esa Iglesia.
Tengo entendido que el tiempo de adviento es del 1 de diciembre al 24 de diciembre y el tiempo de navidad inició el 25 de diciembre y culmina el domingo que se celebra el bautismo del Señor en este caso el 12 de enero de 2025.
Volví a la Iglesia de San Francisco dónde se vive completo el tiempo de Navidad, fui a la Iglesia de la Concepción y allí también se está viviendo la Navidad, el 31 de diciembre fui a la Capilla del Sagrario la misa la estaba celebrando el Cardenal Luis José Rueda Aparicio en una ceremonia bellísima con villancicos, con música de órgano, un tenor cantando, un pesebre hermosísimo, el Cardenal estaba con el Pueblo de Dios con su sola presencia anima y fortalece la fe del Pueblo de Dios.
Luego estuve en la Catedral de Santiago Apóstol y sigue la Navidad, no es hacer la misa del 24 y 25 de diciembre y apague y vámonos.
Conservemos y promovamos nuestras bellas y tradicionales costumbres católicas navideñas colombianas son herencia de San Francisco de Asís: el pesebre, la novena, nuestros villancicos, el árbol y la corona de adviento. La Navidad es franciscana en el año 2024 cumplió 801 años el primer pesebre viviente de Greccio.
Dónde está viva la devoción al Niño Jesús la Iglesia está llena, hay calor, hay fe, hay amor y muchísima alegría el Pueblo de Dios en Colombia, el Pueblo Católico ama con el alma y el corazón al Niño Jesús, el carisma de la ternura infinita de Dios que es el Niño Jesús sólo se puede alimentar espiritualmente viviendo con fe y devoción el tiempo de adviento y el tiempo de navidad, en todo el planeta se celebró el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, porque eso es lo que se celebra en la Navidad.
No permitamos que costumbres extranjeras, que ideologías y un mundo sin Dios desaparezcan la Navidad y en lugar de calor de hogar se sienta frío y hielo en el corazón.