Estoy de nuevo en
Madrid, la padecí en mi primera estancia, viví la experiencia dura y pura del
inmigrante, sentí lejos todo lo que amo y sentí por primera vez lo que es la
soledad.
Luego volví y evitaba todo lo
que podía la ciudad, hasta que de nuevo he regresado para vivirla con
intensidad.
Ahora estoy de nuevo, las
señales son nuevas y positivas, mi primer encuentro con esta ciudad es en
Moncloa, y diviso esperando el bus que me llevará al que será mi hogar
por un mes, una edificación, se ve antigua y es hermosa, dice Ejército del
Aire, son hermosas sus cuatro torres, se parecen mucho a las que se ven en
postales del Alcázar de Toledo, que bella arquitectura, siento que esta nueva
estancia va a ser positiva y feliz, por ahora Madrid me recibe de una manera
sorprendente.
Tomo el autobús y como siempre,
no tengo idea para donde voy, sigo las señas que me ha dado la hermana para
llegar a la residencia, en el autobús aparecen de nuevo los ángeles de Dios y
hay dos chicas que van para el mismo lugar, me ayudan a bajar las pesadas
maletas, voy con mi abrigo azul, en Bogotá hace mucho frío y en Madrid hace
mucho calor en verano!!!
La residencia queda fuera de
Madrid, es un barrio elegante, me da mucha risa en Colombia vivo en un estrato
3, en este paréntesis que son mis viajes vivo como una reina, vivo sola y
vivo una vida tan diferente a lo que es mi vida normal en Bogotá.
Esta residencia es campestre y
me gusta mi habitación, hay piscina, me encanta nadar, y duermo lo que queda
del día y duermo hasta el otro día hasta las seis de la tarde que descubro que
tengo mal el reloj, dejo este lugar que va a ser mi hogar el próximo mes, por
ahora me voy corriendo a Granada, a terminar la investigación que va
a medias, de nuevo huyo de Madrid y alargaré lo que pueda mi estancia en
Granada, de sólo pensar que tengo que volver, regresan los recuerdos de la
primera vez, ahora escribiendo, me da risa mi miedo y mi temor, porque no sabía
que al regresar, al fin me iba a enamorar de Madrid!!!