Mi amada y querida Inashi, ya
se cumple casi un mes de tu partida y el dolor que tengo en el alma crece cada
día más y más.
Cuando estabas conmigo, mi vida
era un arco iris de colores, cada día pasaba algo nuevo con tus ocurrencias y
travesuras, nos hacías reir y nos llenabas de una inmensa alegría.
Mi amor canino, he llorado mucho, a veces parece que pasa este dolor...
pero luego vuelve esa tristeza con renovadas fuerza y siento que sufro más
que antes. El duelo, duele.
Anoche soñé contigo, te ví tan
bonita, toda popochita, así como lo fuiste casi toda la vida, antes de que ese
mal te hiciera adelgazar y se llevara a mi fortacha y alegre Inashi.
Estábamos en el Mirador de la
Torre Colpatria, y casi te caes, y te escondías de mí, al fin pude
alzarte, lo que nunca te gustó en vida, y yo estaba feliz porque te había
salvado y te tenía así tan cerquita a mí, tan cerca de mi pecho, te sentí tan
calientita, llevarte en mis brazos me hizo sentir tan orgullosa de tenerte
así a mi lado, nos tomaron unas fotos y luego me desperté y que
tristeza darme cuenta que fue solo un sueño, porque en esta realidad, que
también es un sueño y una ilusión, ya no estás, ahora estás muertita.
Perdóname mi amor canino, por
todo el daño que pude haberte hecho, si te hice sufrir, te pido que me
perdones.
Perdona mis olvidos, mis
errores, perdona que me haya rendido, porque eso fue lo que me pasó, me rendí
ante lo inevitable, luché, te hice caminar de nuevo, pero esa terquedad tuya y
el ser tan traviesa, te hizo ponerte mal de nuevo. Perdona por decidir la eutanasia.
Deseo que estés en el Cielo, un lugar de
luz y amor que mereces, porque fuiste y eres un ser tan amoroso, bueno y especial,
deseo de todo corazón que donde estés ahora siempre haya mucha
tranquilidad y felicidad, que sea un lugar, un espacio y un tiempo sin
sufrimiento y sin tristeza.
Espero Inashi que estés con
Jesucristo, un ser de luz, de amor y sin conflictos, un ser de bondad,
comprensión y ternura infinitas como lo soñé alguna vez.
En vida recibiste mucho amor,
mucho cariño y ternura. Eras nuestra princesita, nuestra muñeca hermosa.
Gracias por devolverme mi paz
con ese sueño de anoche, he llorado y sufrido mucho en este duelo, siento que
la eutanasia es una decisión muy dura, ahora sé que estás bien, más joven y más
bonita y que siempre estarás conmigo en mi corazón, muy cerca de mi alma,
acompañándome siempre.
En esta familia pequeña e
imperfecta, hay un gran vacío, un gran dolor, Inashi te extrañamos y te
extrañaremos siempre...
Inashi, te recuerdo cuando eras cachorra, toda fortacha y llorando porque te dejaron sola en el corralito
sin los otros perritos.. recuerdo tu primer ladrido, fue cuando vino un
carpintero, un solo gua como siempre... te recuerdo toda loca queriendo lanzarte
de la terraza a perseguir a los perros que no eran de raza y a los
indigentes... cuando algo o alguien no te gustaba, ladrabas gua gua... te
recuerdo toda lambona y curiosa... te recuerdo toda mamagallista y traviesa,
recuerdo cuando te llevaste por delante a mi papá siendo una cachorra que
alegre y fuerte eras, cuando le hiciste el favor de destrozarle las gafas que
no quería cambiar... cuando aprendiste a bajar y a subir las escaleras...
también recuerdo con tristeza también tu proceso de dejar de subir y bajar
las escaleras.... te recuerdo caminando conmigo, recuerdo cuando
aullabas en la terraza porque nos íbamos y te quedabas sola... te recuerdo en
nochebuena y año nuevo... ya sabías cual era tu regalo... como te
gustaban tus cobijitas térmicas... te gustaba el traguito, jajaja, te
gustaba la cerveza y la piña colada... no te perdías ni una fiesta... jajaja...
también recuerdo la primera vez que escuchaste un mariachi te pusiste a
ladrar, y cuando mi mamá recibía serenata, tu también acompañabas, como te
gustaba la música, hasta te dormías disfrutándola, Inashi te
gustaban tantas cosas.
Inashi, los akitas son bien
simpáticos, parecías a veces un osito, otras un conejito, otras
parecías un pony y cuando jugabas eras igualita a una pantera y no necesitamos
gato porque los ratones no estaban seguros contigo... muchas veces
nos preguntamos de donde salió esta raza de perritos tan bonitos...
además de Chía eras toda una japonesa y toda una saponesa jajaja...
Esa enfermedad como te hizo
sufrir, no merecías sufrir así, mi perrito, yo quería que te fueras
naturalmente, no tenías porque sufrir así, por eso decidimos que te
aplicaran la eutanasia.
Los católicos tienen razón, es
mejor la muerte natural, cuidar al enfermo, acompañarlo y ofrecerle el cariño y
amor que necesita mientras la vida se va yendo naturalmente... mientras la vida
se apaga.
Inashi eres mi Maestra del
Juego, de la Ternura, del Amor y de la Vida.
Gracias a Dios y a la Vida por
Inashi.
Gracias Inashi por tanto amor y por ser parte de
nuestras vidas.
Dios te bendiga siempre mi amada mascota, mi amada hermanita canina.