Mi amada Inashi, te sigo
extrañando, recordando, no lloro tanto, pero cuando la tristeza vuelve, me pega
duro, ese dolor de puro dentro no tiene piedad de mí.
Te he
recordado toda celosa con mi mamá, eras un cuento, he recordado tu elegancia
para caminar, te recuerdo secando mis lágrimas por una tristeza muy grande que
tuve...
Tengo rabia por la forma como
te fuiste, porque los perritos tienen que irse así, con esa eutanasia, el dolor
es doble, por la muerte y por la forma de irse, por haber tomado esa decisión
tan horrible, tomar la decisión de darle muerte a quien se ama y encima sentir
ese cargo de conciencia tan horrible, no le deseo esto que he sentido a nadie.
He llorado y sentido la muerte
de gente que quiero mucho, pero como me ha dolido la partida de Cuqui y ahora
la de Inashi, eso no tiene comparación.
La gente dice, pero si es un
perro, pero si es un animal, sí, es un perro, un animal que se ama.
Te extrañamos en el cumpleaños
de tu mamita, que tristeza que nos dio. Lloro escribiéndote, leo que hay que
recordar con alegría, fuiste un regalo tan hermoso de Dios y de la Vida que no
entiendo como carajos pudo vencernos todo y tomar esta decisión, con esta
decisión ya no estás con nosotros, no podemos tenerte presente, no estás con
nosotros, ni conmigo.
Te extraño.