Esta es mi primera navidad con
mi amado Carlín Espíritu, lo sentí tan presente en esta Navidad más que nunca.
Carlín amaba la Navidad y mi
amado Padre nos transmitió la esencia del espíritu navideño que no es otro que
el espíritu de compartir el amor en familia.
La Navidad es la celebración
del nacimiento de un niño, la celebración de la llegada de un hijo a una
familia, lo que antes era una pareja y con ese niño se convierte en la Sagrada
Familia.
La Navidad es la época del año
que más me gusta y este año no fue la excepción.
Esta Navidad tuvo mucha luz,
mucho color y alegría en modo duelo porque es inevitable extrañar a mi amado
Padre, es inevitable sentir ese vacío inmenso, extrañar su presencia cada día,
sus historias, su voz, su cariño, su afecto, sus mimos, sus besos y entrañables
abrazos lo extrañamos muchísimo, la nostalgia y la melancolía son inevitables.
Mi Padre y mi Madre nos
enseñaron a amar al Niño Dios cuando éramos unos niños, mi hermano y yo le
escribíamos una carta al Niño Dios pidiéndole los regalos de la nochebuena y el
Niño Dios siempre llegaba.
Este 24 de diciembre en la
Parroquia de Nuestra Señora de Fontibón tuvimos la Navidad más especial de
todas.
Nos reunimos los cuatro: mi Papá Espíritu, mi Madre, mi hermano y yo y la misa de navidad fue el regalo de mi mamá con todo cariño para tí mi amado Carlín, nos reunimos tu familia para darte todo nuestro cariño, amor y afecto espiritual.
El Padre Luis Aladino ofreció una bellísima, alegre y sentida eucaristía en la cual sentimos más vivo que nunca al Niño Dios en nuestro corazón y a los seres que amamos y que ya se nos adelantaron a esa eternidad a la cual todos y todas retornaremos.
Matilde nos regaló un mensaje bellísimo de Navidad, un
mensaje que nos llenó de esperanza, de fortaleza, de amor y de unidad y que fue
el mensaje que compartimos en nuestro mensaje de navidad: Serás también corona
de hermosura en la mano del SEÑOR, y diadema real en la palma de tu DIOS.
Isaías, 62:3
Celebramos este mensaje con la paz y la tranquilidad del deber cumplido y del amor dado, Dios habló a través de tu gran amiga, Padre.
Padre tus amigos son realmente amigos, la palabra de Dios
dice que un amigo es un tesoro y tu tenías muchos amigos, es algo realmente
extraño y poco común tener varios amigos y de verdad.
Carlín eras de un afecto entrañable, de una ternura
infinita, de un orden, de un leal, de un amor a prueba de todo, tú eras un
hombre de verdad, con las ideas, las palabras y las acciones bien claras y las
cosas bien puestas en su sitio.
Padre cada día me sorprendo de forma positiva contigo, cada
día comprendo la pauta del verdadero amor exige compromisos y asumirlos cada
cual DA de lo que tiene en su corazón.
El hombre que se ama a sí mismo, que se tiene respeto a sí
mismo, que tiene claras sus ideas y lo que quiere en la vida con el alma y el
corazón no juega con lo que valora.
El espíritu de la Navidad es el espíritu del amor, es el
espíritu perenne del verdadero cariño y afecto, y ese fue y es tu espíritu mi
amado Carlín.
Por eso mi Carlín tu vives con nosotros. En esta Navidad más
que nunca conmemoramos el nacimiento de Jesús, conmemoramos la Sagrada Familia
y conmemoramos nuestro hogar, nuestra familia, nuestros afectos, y el cariño
sincero, y es algo que tenemos gracias a mi Padre, a mi Madre y a Dios Padre
Celestial, un hogar consagrado a los corazones unidos de Jesús y María.
Padre si tu amor de Padre terrenal es tan grande, imaginemos
como dice la Palabra de Dios cuan grande y magnífico es el amor de nuestro
Padre Celestial.
La Virgen María, San José y el Niño Jesús nos recuerdan cada
día que nuestra familia es sagrada, que nuestra familia es un tesoro y quienes
realmente valoran su familia, la quieren, la cuidan, la respetan y la hacen
respetar.
Tu partida Papá me ubicó en la realidad, me ha revelado
aspectos esenciales sobre mi familia, sobre mí misma y sobre los demás, me dio
una perspectiva de madurez sobre las cosas, vivo un momento triste sin
renunciar a ser feliz con la guía y la iluminación del Espíritu Santo y la
protección y misericordia de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima.