Mi Carlín tu sí que sabías remedios para eso de
las tristezas, el mal de amores y la melancolía, tú no dejabas que la tristeza
te ganara a tí, ni por el chiras, si que eras recursivo y te inventaste ese
viaje a Santa Marta y me dieron de nuevo ganas de vivir, redescubrí la alegría
de la vida, los colores, me conecté con Inashi de manera positiva y renuncié a
ese padecer que me generó la partida de mi hermanita canina, Carlín tu peleabas
por mí cuando yo tiraba la toalla, y me inspiraste y me inspiras hoy y cada
día, cada momento y cada segundo para seguir viviendo con optimismo y alegría.
La canción de Carlín es la que tocaba y cantaba
en el piano, la que bailó en vida, la que retrata el espíritu de fiesta de mi
padre, porque mi padre siempre tenía su corazón de fiesta y es la canción que me regaló
en un sueño, una semana que estuve triste, muy triste después de su partida y
mi padre sigue siendo en la dimensión crística y celeste un buen papá y en
ese sueño mi padre me decía:
No hay porque estar triste, nada de tristezas, ni de llantos, mi papi estaba todo lindo, ya mayorcito, con su
vestido verde de paño, su cachucha, todo elegante y me sacaba a bailar EL NEGRITO DEL BATEY, en una pista de baile, en esa pista estábamos mi
Papá y yo solos y en el sueño bailé completa con mi padre El Negrito del Batey y cuando me desperté, me
desperté feliz y contenta porque sentí que realmente mi Padre vino a animarme,
a darme alegría, era su canción y como él mismo me lo dijo nada de tristezas,
ni de llantos, la vida continúa, mi Papá es el Papá, Aquí y Allá.
El Negrito del Batey es la canción de mi Padre, es la canción de Carlín, es un
merengue que celebra la alegría, el gusto por la vida, el baile, el relajo, es
letra y música de optimismo, de ánimo, de disfrutar y salir para
adelante, es la canción de mi padre, para mi padre y para
mí...
El Negrito del Batey, México lindo y querido y
todas sus rancheras, su gusto y amor por la vida, por la música, por la
alegría, su inteligencia, todo mi Carlín me inspira para seguir adelante, para
continuar, para no tirar la toalla, mi amado padre:
TE AMO, TE AMO Y TE AMO Y GRACIAS POR SER UN EXCELENTE PAPÁ
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