martes, 5 de abril de 2011

De turismo religioso por Granada

Descubrí en Granada de la mano de una almeriense otra manera de ver Granada, el turismo religioso.

En Bogotá un programa para sentirse en otra época y lugar es entrar a los antiguos templos de esta cosmopolita ciudad, cada uno es una obra de arte, lleno de sorpresas, belleza y sobre todo lo que más encuentro en las Iglesias, mucha calma y paz.

En Granada cada iglesia es un lugar único. Cada iglesia representa una época o un movimiento artístico y pictórico que está plasmado por toda la ciudad, al igual que la Universidad. No podría decir cual es la más hermosa.

Dos lugares llevo en mi alma, uno es la Capilla de la Residencia con una imagen de Jesús Resucitado, el que venció la muerte, el Jesús de la luz, del amor, de la verdad y la vida.

Y el otro, es una iglesia de la cual no me sé el nombre, es una iglesia de un convento de claúsura y las hermanas estaban atrás y una reja las separaba de quienes estábamos allí, la misa fue cantada por estas hermanas, cuando quiero pensar como cantan los ángeles, estoy segura que cantan como las monjas de ese convento de claúsura... fue algo celestial.

Granada con su tradición árabe tiene también su Mezquita y este lugar también está lleno de mucha paz e historia y está en un lugar privilegiado, creo que con la mejor vista del mundo: La Alhambra, Granada y Sierra Nevada.

En Toledo conocí la sinagoga, un lugar blanco y antiguo parte de la Judería presente en toda España.

De este turismo religioso, casi no tengo fotografías, tomé muy pocas... sólo tengo los recuerdos de  compartir con las hermanas de la residencia, de ir a misa con Regina, con Carmen María, sola... acompañada, de la semana santa, orando, rezando, llorando, dando gracias, en fin, teniendo más cerca del alma y del corazón a quienes tanto quiero y que estaban lejos y sintiendo las manos de Dios presentes, esas manos que nunca nos sueltan y mostrándome que es posible que diversas culturas y expresiones religiosas convivan pacíficamente en un mismo lugar, el Andalus da fe de ello.