miércoles, 16 de noviembre de 2011

Un sueño hecho realidad: México, lindo y querido...


Mi vida a veces parece una novela, y como siempre escribir es recordar intensamente lo vivido.

Creo que la mayoría de latinoaméricanos y latinoamericanas tenemos un sueño, conocer al país de los mariachis, rancheras y tequila, el país que con su revolución y sus míticos personajes ha acompañado a través de diversas expresiones artísticas y sus transformaciones la vida de millones en Latinoamérica.

No sé,  me parece absurdo el "sueño américano" cuando en nuestra Latinoamérica tenemos nuestras propias ensoñaciones, nuestro "realismo mágico"... que no es sueño: es pura realidad.

Encuentro mucho de ese realismo mágico en México lindo y querido... y en Colombia tierra querida...

El realismo mágico mexicano está lleno de colorido, música, danza, pintura, arquitectura, arte, artesanías, gastronomía, historia, cultura, arqueología, antropología, inteligencia y humor.

Como siempre llegan a nuestros países, sólo las noticias violentas y sangrientas, nunca nos cuentan que en México hay muchísima gente amable, cálida y pacífica, una gente de lo más buena gente, que le gusta la educación, la cultura, el arte, la música, la alegría y la fiesta y sobre todo compartir con afecto y cariño con su familia, amigos. La gente mexicana es excelente anfitriona, reciben y tratan a gente de otras tierras lejanas y cercanas como de toda la vida.

Me impactó muchísimo el fuerte sentido de pertenencia, la conciencia de la dualidad del ser mexicano: indígena y español, el conocimiento, conservación, recuperación  y difusión de su historia.

Caminando muchísimo por Puebla de los Ángeles y recorriendo ese fascinante Ombligo de la Luna que es Ciudad de México, volví a sentir lo que sentí en Perú, que nuestra Latinoamérica tiene una riqueza enorme y mucho por ofrecer al mundo y por lo tanto la debemos cuidar y preservar y que también tenemos mucho que aprender de nuestra propia cultura que desconocemos en proporciones alarmantes.

Sintiendo este sentido enorme de pertenencia y respeto, pensaba en el Centro Histórico de Bogotá y me preguntaba donde está la referencia a la fundación, fechas de construcción, quien las construyó, en que época y a que estilo pertenecen las iglesias, palacios, edificios históricos, monumentos y la documentación y catalogación de lo que significa por ejemplo un barrio histórico y tradicional como La Candelaria, los parques de los municipios anexos a título de ejemplo como Usaquén, Usme y Fontibón. Quien nos cuenta cuáles son las obras, quien y cuando las realizó, que reposan por ejemplo en las iglesias de Bogotá, que son un auténtico tesoro, me pregunto ¿Qué sabemos de las ciudades de Colombia y de cada uno de sus pueblitos? Menos de cinco minutos que nos muestra un Banco por un noticiero nacional al mediodía.

Cuando regreso de cada viaje, veo con nuevos ojos la belleza de esta ciudad que alguna vez me pareció fea y gris y redescubro a cada paso cosas nuevas y maravillosas que antes no había visto y que reafirman el porque Bogotá es la Ciudad de las Estrellas.

Ayer veía en el noticiero que un señor está por medio de procesos acaparando las casas de La Candelaria no sé si de manera legal o ilegal, quisiera saber para que quiere las casas, ¿Las va a tumbar? ¿Las va a vender para construir edificios? Las casas de La Candelaria son patrimonio de Bogotá, de Colombia y de la Humanidad, ya dejemos de tumbar de manera indolente y cuidemos y preservemos lo que es de toda la ciudad.

Hoy pasé por una bellísima casa antigüa y repúblicana de mi barrio, la admiraba todos los días y ahora encuentro que parte de su fachada ha sido destruida y transformada en una horrorosa fachada de taller, quien protesta, quien dice nada, tienen que pedir permiso a la Curaduría, una casa así no puede ser tocada su fachada, cada día perdemos tesoros en nuestra Bogotá.

Me pregunto si se puede construir en Bogotá un edificio tan alto, tan alto que sólo él tenga la vista de Monserrate y le quite la vista a toda la ciudad, me pregunto, ¿La vista de Monserrate y Guadalupe y de cielo roto acaso no hacen parte del patrimonio material e inmaterial de la ciudad? ¿Nuestras hermosas montañas sólo son para la gente de los altos estratos, una minoría, y acaso su belleza esta vedada para toda la ciudad?

En fin este viaje por México ha sido un tomar conciencia de nuestra riqueza latinoamericana y del cuidar, querer, difundir y preservar nuestro patrimonio material e inmaterial, y también tomar conciencia de nuestra ignorancia y falta de sentido de pertenencia y aunque los medios masivos de comunicación sólo se enfoquen en el aspecto violento, que  no es el todo de una cultura y un pueblo, la verdad es que tenemos mucho que aprender de México y su gente,  que lección de historia y cultura son Puebla de los Ángeles y Ciudad de México, y sí, espero volver de nuevo a México lindo y querido...

Le pido a Dios, a la Virgen de Guadalupe y al Señor de las Maravillas con fe y devoción que bendiga muchísimo a la querida gente de la tierra mexicana porque se merecen lo mejor.

A Dios, a los ángeles de Puebla, a los ángeles del DF, esos ángeles que Dios pone en la tierra y que en México son: la querida y amable gente mexicana: muy agradecida, muy agradecida, muy agradecida...