martes, 12 de agosto de 2014

Carta a mi Padre

Querido Padre, hoy se cumplen 80 años en esta dimensión de lo humano, ilusorio y pasajero. 

Cuando observo la sucesión de los incesantes aquí y ahora, le doy gracias a Dios por haberme permitido elegir al padre y a la madre que necesitaba para cumplir con mi misión. 

Los dos son Maestro y Maestra y cumplieron conmigo en todo sentido.

Padre hace años escribí una carta como regalo del día del padre desde mi amor, indignación y dolor por evidenciar la atrevida forma en que algunas personas se atribuyen el papel de jueces de su vida, personas de una miopía vital para comprender el sentido y el hilo conductor de estos 80 años trazados por el destino y cumplidos por el libre albedrío, llenos de tanta luz y oscuridad a la vez.

Perdónelos, perdónalas y perdóneme porque también caí en el lamentable y humano error de juzgar en lugar de comprender. Perdóneme porque también estoy llena de oscuridad y no tengo ninguna autoridad para juzgar.

En esa carta, al igual que en esta le reitero mi infinita gratitud por hacerme comprender que mi padre es un ser humano, un ser humano lleno de alegría, juego, música, ternura, cariño y a la vez inmerso en una humana y gran debilidad. Gracias porque aprendí que mi padre es un ser humano.

Gracias Padre por todos los cuentos que me regaló en mi infancia, por los paseos de cuadra que le dio a una bebé que siempre lo esperaba y quería ser la primera en ser saludada, por mi Madre, por mi hermano Carlos Alberto, por las celebraciones de los cumpleaños, las navidades, las mascotas, gracias por ser el recuerdo de la ternura, el cariño y el afecto en mi infancia, en mi adolescencia, en mi juventud, en mi edad adulta y madurez. 

Gracias por ser el amor incondicional. Gracias por estar ahí siempre, sé Padre que siempre va a estar, así la materia se transforme: lo esencial y lo divino que reside en toda la Creación nunca muere.

Padre gracias por enseñarme a ver más allá de las apariencias, por el don místico y metafísico, gracias por todas las lecciones vitales que me regalaron con mi madre, gracias a esas lecciones la gente piensa que tengo algo excepcional cuando los apoyo en la transformación de sus conflictos y ese don excepcional lo desarrollé a través de Uds. 

Gracias por enseñarme que el Conflicto es Vida y una herramienta para la Sanación. De niña decía que quería ser médica, en el fondo terminé trabajando en la sanación del alma, los niños y niñas casi siempre saben que quieren y de donde vienen. Por el camino se olvida. O las formas nos confunden.

Gracias por tantas historias compartidas, por contarme y hacerme presente a los bisabuelos, abuelos, vecinos, amigos, personas interesantes y raras, mujeres, fantasmas, brujas y espantos, chismes, escándalos, pueblos, ciudades, tiempos, transformaciones, cuando lo escucho hablar tengo mucho respeto: escucho hablar a un anciano, a un sabedor espiritual como lo expresan nuestros indígenas del Amazonas.

Y un sabedor político, el mejor politólogo de Colombia se llama Carlos Alberto Romero Lozano, es increíble su conocimiento en este tema y el mejor análisis sobre el conflicto armado colombiano se lo escuché un día a mi padre en una interesante conversación con el Dr. Héctor Alfonso Gutiérrez y Gutiérrez los dos me dejaron sorprendida. Que me disculpen los doctores en este tema, definitivamente el mejor es mi papá.

Un padre con gran sabiduría vital, la sabiduría de un hombre como el Goldmundo de Hermann Hesse que debió vivir y experimentar su sensualidad para poder comprender el complejo mundo emocional de los seres humanos, un camino que atraviesa el infierno y el cielo y su síntesis es la sabiduría que alimenta e inspira el arte, un arte que se expresa en canto, en guitarra y  en piano.

Gracias por ese espíritu jovial y juguetón, por ese sentido del mamagallismo, del gusto por lo popular, por ese genio alborotado y por esa voz que se escucha por toda la casa y por todo lado, gracias por parecer bravo.

Padre Gracias por haber vivido su vida exactamente como la vivió y como se le dio la gana, la vivió como la primera canción de la noche: A su manera, eso se llama LIBERTAD, gracias por haber sido el padre que me cuidó hasta donde más pudo, me educó y me preparó, gracias por todo el apoyo, tengo una cuenta de amor impagable y espero a través del servicio a la comunidad poder retribuir de algún modo todo lo que recibí con tanto amor, gracias siempre.

Gracias por considerarme la niña de sus ojos, su tesoro, su bebé, gracias siempre Padre, gracias por malcriarme, consentirme y quererme tanto, gracias Padre por ser mi Padre.

Gracias por ser siempre el apoyo en todos mis proyectos académicos y laborales. Gracias por ser parte de mi proceso vital y espiritual, por ser parte de la forja de la sanadora herida que soy.

Padre cuando seas Espíritu, no olvides recordarme siempre tus lecciones: Disciplina, Puntualidad, Humanidad, Comprensión, Sabiduría, Arte, Libertad y Amor: ellas son las guías del camino. 

Feliz cumpleaños Padre, disfruta el aquí y el ahora con alegría, fe y esperanza.

Padre te amo, siempre te amaré, bendiciones y un fuerte abrazo del oso.

Patricia 

Bogotá D.C. 5 de mayo de 2007


Mi amado Padre Carlos Alberto Romero Lozano falleció hoy 12 de agosto de 2014 en la ciudad de Bogotá


Señor Jesús, así como tu lloraste por tu amigo Lázaro, donde tus sentimientos fueron más fuertes que la certeza de la vida que Tú nos traes, de la misma manera te queremos pedir por todos nuestros seres queridos, personas que creyeron en tí, que como todos, han tenido sus defectos y sus virtudes.
Señor, tú sabes lo que tenemos en el corazón, por esto te pedimos tu misericordia y tu amor sean más abundantes que tu justicia.
Señor, no les tengas en cuenta todos sus pecados, mira más bien su buena intención y el bien que ellos han querido hacer.
Perdona, Señor todo los pecados de los fieles difuntos y hazles participar de tu gloria y de tu vida eterna.
Señor, que los fieles difuntos descansen en paz. Amén.